Concepto que parece de reciente concepción pero esto ya fue concebido hace más de dos siglos.
Un agujero negro es un cuerpo celeste con un campo gravitatorio tan fuerte que ni siquiera la radiación electromagnética puede escapar de su proximidad. Un campo de estas características puede corresponder a un cuerpo de alta densidad con una masa relativamente pequeña como la del sol que está condensada en un volumen mucho menor.
Es un agujero porque las cosas pueden caer, pero no salir de él, y es negro porque ni la luz puede escapar.
Todo agujero negro está rodeado de una frontera llamada “horizontes de eventos” de la cual no se pueda escapar. Cualquier evento que ocurra en su interior queda oculto para siempre para alguien que lo observe desde afuera.
Hasta hoy es imposible describir lo que sucede en el interior de un agujero negro; sólo se puede imaginar, suponer y observar sus efectos sobre la materia y la energía en las zonas externas y cercanas al horizonte de sucesos.
Un agujero negro es un objeto que tiene tres propiedades: masa, espín y carga eléctrica.
En teoría, los agujeros negros vienen en tres tamaños: mini agujeros negros, agujeros negros medianos y agujeros negros súper masivos.
Se cree que en el centro de la mayoría de las galaxias, entre ellas la Vía Láctea, hay agujeros negros supermasivos. La existencia de agujeros negros está apoyada en observaciones astronómicas, en especial a través de la emisión de rayos X.
Los agujeros negros supermasivos de algunas galaxias gigantes crean un entorno tan hostil que impiden la formación de nuevas estrellas.
Los agujeros negros se forman a partir de estrellas moribundas las cuales luego de un proceso natural empiezan a acumular una enorme concentración de masa en un radio mínimo de manera que la velocidad de escape de esta estrella es mayor que la velocidad de la luz. A partir de esto la ex estrella no permite que nada se escape a su campo gravitatorio, inclusive la luz no puede escapar de ella.
La teoría indica que los objetos llamados agujeros negros se formarían cuando una cantidad apreciable de materia cósmica se acumula en un volumen extremadamente reducido del espacio; por ejemplo, luego del colapso de una estrella. La formación de micro agujeros negros en los aceleradores de partículas ha sido informada, pero no confirmada.
Un agujero negro nunca podríamos observar uno de ellos ya que no reflejarían ni emitirían ningún tipo de radiación ni de partícula. Pero hay ciertos efectos que sí pueden ser detectados. Uno de estos efectos es el efecto gravitatorio sobre una estrella vecina.
Supongamos un sistema binario de estrellas (dos estrellas muy cercanas girando la una alrededor de la otra) en el cual una de las estrellas es visible y de la cual podemos calcular su distancia a la Tierra y su masa. Esta estrella visible realizará unos movimientos oscilatorios en el espacio debido a la atracción gravitatoria de la estrella invisible. A partir de estos movimientos se puede calcular la masa de la estrella invisible.
Con el espectacular avance de los detectores electrónicos en las últimas décadas se han podido enviar satélites con diferentes tipos de telescopios a bordo. Estos telescopios observan el cielo en diferentes regiones del espectro electromagnético (rayos-x, radiación gamma), permitiendo nuevos fenómenos. Esto no se puede realizar desde telescopios terrestres debido a nuestra capa protectora, la atmósfera.
Cuando se observan sistemas en donde una estrella visible está girando alrededor de un cuerpo oculto, se presenta una posibilidad para que este sea un agujero negro, sin embargo, podría ser una estrella demasiado débil para ser vista. Pero, en lo que verdaderamente radica la detección de un agujero negro, es que éste cuerpo comienza a absorber la materia de la estrella, en este proceso la materia describe una trayectoria en forma de espiral (acreción) y adquiere una temperatura muy alta, por lo tanto, se emiten grandes cantidades de rayos X; con este comportamiento se puede concluir: es una estrella de neutrones o un agujero negro.
Los agujeros negros irradian como un cuerpo caliente (radiación de cuerpo negro) y entre más pequeños lo hacen más. "¡Los agujeros negros más pequeños podrían realmente resultar más fáciles de detectar que los grandes!".
A pesar de la dificultad al descubrir los agujeros negros, se estima con certeza que muchas estrellas a través del tiempo en el universo han consumido toda su energía y han tenido que colapsarse. Tal vez el número de agujeros negros es más grande que el número de estrellas visibles .
Hasta el momento no existe ninguna prueba concluyente de la existencia de agujeros negros. Por ser invisibles, sólo podrían ser detectados a través de sus efectos gravitacionales sobre otros cuerpos celestes.
Agujeros negros son más conocidos en sí por la ciencia ficción que por los documentales científicos, pero lo cierto es que en ellos se pueden encontrar un sin fin de respuestas que realmente ahora nos hace falta
Miguel Angel N.
A:. M:.
R:.L:. Giordano Bruno Nro. 38