4 de agosto de 2008

Breve ensayo sobre lo justo y la justicia

Buenos Aires, Mayo 12 de 2008.

Breve ensayo sobre lo justo y la justicia

Estoy tratando de establecer una clara distinción entre un comportamiento fundamentalmente bueno y un comportamiento fundamentalmente malo. Me encuentro en un mundo, donde los eternos ciclos que rigen el devenir de las cosas, los tiempos se alternan sin cesar. El mundo ha sufrido muchas convulsiones y sin embargo, siguiendo las leyes y principios de la misma creación, siempre ha sobrevivido y continúa su existencia elevándose hacia niveles cada vez más altos. Nuestro mundo ha albergado la evolución de muchas especies de animales y plantas que se han desarrollado durante un tiempo para luego desaparecer, quizás preparándose para la aparición de formas de existencia más elevadas. Y todo esto ha ocurrido en una interminable cadena de evolución. Después de muchos eones de tiempo, en un sendero de evolución cada vez mas complejo, aparecen en escena los seres humanos. A medida que el tempo pasa, deciden llama a esta especie, “el rey de la Creación”. Y esta especie, dedicó centurias en la búsqueda de la felicidad. Todos los hombres tienen la felicidad como meta. Ninguno actúa intencionalmente a no ser que le produzca placer en alguna forma. El mártir que prefiere la muerte a la hoguera, está experimentando una gran felicidad en su sacrificio. El que se cohíbe de un placer lo hace por que su abnegación le causa también felicidad. Quizás seamos los “reyes de la Creación”, pero el poder que implica pensar, sentir, y actuar según nuestros deseos, y el ser conscientes de nuestra propia justicia, puede conducirnos más allá de nuestra comprensión sobre lo que es justo y lo que es justicia.

Según nuestra sociedad, la justicia es una característica posible pero no necesario del orden social. Para que haya orden social no es imprescindible la justicia. Un hombre será considerado justo para el orden social, cuando sus actos concuerden con el orden social que se haya considerado justo. El orden social será considerado justo cuando regle la conducta de los hombres de modo que todos queden satisfechos y logren la felicidad. Al parecer de Platón la justicia se identifica con la felicidad: “sólo el justo es feliz y desdichado el injusto”. No puede existir un orden social justo que garantice la felicidad de todos, ya que generalmente la felicidad de uno modificará la felicidad de otro. La felicidad individual, generalmente, depende de necesidades que no llegan a ser satisfechas por ningún orden social. El orden social justo tampoco será posible si se entiende que deberá lograr la mayor felicidad posible del mayor número posible de miembros de la sociedad, por que lo que haga felices a algunos en determinados aspectos, producirá infelices en aspectos distintos y viceversa. Se debe entender por felicidad en sociedad la satisfacción de ciertas necesidades tenidas en cuenta por la autoridad social. Esta definición de felicidad difiere totalmente con el sentido del término felicidad, el cual es profundo y subjetivo. La justicia individual y subjetiva al convertirse en una satisfacción de necesidades socialmente aceptadas sufre una transformación similar a la de la libertad cuando garantice la libertad individual. La idea de justicia se transforma de un principio que garantiza la libertad individual de todos en un orden social que protege determinados intereses considerados esenciales por la mayoría de los miembros de la sociedad. El problema se produce cuando aparecen intereses en conflicto, debido a diferentes escalas de valores que manejan los miembros de una sociedad; aquí es cuando actúa la justicia.

Escala de Valores.

Para algunos hombres la vida es el valor supremo; para otros no. Un ejemplo de esto tenemos al encontrar opiniones contrarias sobre la pena de muerte. “Resulta imposible decidirse de manera científica racional por cualquiera de estos juicios de valor; la resolución estará a cargo de nuestra conciencia, de lo emocional”. Para un esclavo no será tan simple decidir si vale más la vida o la libertad. Para algunas personas será preferible un sistema económico libre y para otros una economía planificada; esto tendrá que ver según el valor de la libertad individual o el valor de la seguridad económica de cada uno. ¿Tiene el médico que decirle la verdad al enfermo terminal o debe mentirle por compasión? Esto se resolverá de acuerdo al valor que la persona le atribuya a la verdad y a la compasión. Según Platón, en ciertos casos, el justo puede ser infeliz y el injusto feliz. Sin embargo cree que es preciso que los ciudadanos sometidos a la ley piensen que sólo es feliz el justo. Por esto Platón justifica el mentir del estado, cuando garantiza la obediencia de la ley y acepta que para el gobierno, la justicia, o sea, lo legal, se encuentre por encima de la verdad. “La respuesta tendrá siempre un juicio subjetivo”.

Los comentarios se centran evidentemente en la noción de “justicia”. En todos los tiempos, los hombres desearon antes que nada, que la justicia reine en este mundo. Por consecuencia, vemos que la mayor parte de los que sueñan con una justicia imparcial, infalible, sin prejuicios, solo lo desean para ellos mismos. Aceptarán fácilmente la parcialidad cuando sea a su favor. Será necesario que aquellos que realmente aman a la justicia acepten que todo juicio puede ser en su contra, poniéndose en el lugar de la parte contraria.

El principio ético de Aristóteles es una ética de la virtud; apunta hacia un sistema de virtudes entre las cuales la justicia es la virtud más alta, la virtud perfecta. Según Aristóteles la virtud es el punto medio entre dos extremos llamados VICIOS, el vicio del exceso y el del defecto. Con esto Aristóteles da respuesta a la pregunta sobre qué es lo bueno y qué lo malo. La autoridad del orden social será quien determine qué es lo demasiado y qué lo poco y cuales son los extremos y por ende la virtud situada entre ambos. Esta formula del medio, finaliza diciendo que lo bueno, es aquello que es bueno para el orden social existente. Para Aristóteles la conducta justa es el término medio entre hacer el mal y sufrirlo.

Por ultimo aquellos que están convencidos que la humanidad logrará un día este objetivo, son los que han comprendido este sublime secreto: Lograr un Orden Social lo más justo posible, a medida que en la conciencia de los hombres se acreciente la idea de que, el que obra de buena fe en algún momento será beneficiado.

Roberto Jorge López

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