11 de diciembre de 2006

Decálogo del Exito de una Logia Masónica

  • Asiste constantemente y con puntualidad.
  • Paga sin atrasos lo que te corresponde en Logia y fuera de ella.
  • Asiste con la confianza de que, si no tienes nada que aprender, puedes en cambio tener algo que enseñar. Así todas las Tenidas serán interesantes si les prestas tu interés.
  • Ve con ánimo de ayudar, disculpar, dirigir, proteger o aconsejar sincera y lealmente.
  • Sé generoso con el Saco de Beneficencia; tras él hay dolores y miserias que esperan tu ayuda.
  • Sé discreto y reservado fuera del Templo, amplio, expansivo y sincero dentro de él.
  • No critiques, auxilia; no te quejes, coopera en la obra común.
  • Sé tolerante con las ideas ajenas, así habrá paz; sé ponderado en tus juicios, así serás respetado; sé bondadoso en tus actos, así serás amado.
  • Coopera a las obras profanas de la Orden y ésta, por el brillo de aquellas, será grande y gloriosa.
  • Si tienes un puesto en la Logia, ayuda con celo y fervor al Venerable Maestro; si no lo tienes, ayuda con actividad y constancia a tu Vigilante.
Luis Umbert Santos

1 de diciembre de 2006

La Educación en Argentina: Un Proyecto Inconcluso


El Supremo Consejo del Grado 33 para la República Argentina - en ocasión de su Programa de Debate acerca de la Educación - invita a la Tenida Blanca de Conferencia:

"La Educación en la Argentina: Un Proyecto Inconcluso"

Disertantes

Dr. Atilio Alterini, Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Dr. Horacio Sanguinetti, Rector del Colegio Nacional de Buenos Aires.
Dr. Jorge Reinaldo Vanossi, Diputado Nacional.

Fecha: Martes 12 de Diciembre de 2006, a las 18 horas.
Lugar: Gran Templo de la Masonería Argentina, Tte. Gral. J. D. Perón 1242 (Ciudad de Buenos Aires).

Informes: Supremo Consejo del Grado 33 -
Tte. Gral. J. D. Perón 1242 (Ciudad de Buenos Aires). Teléfono (54-11) 4382-1980; Email: scg33argentina@speedy.com.ar

28 de noviembre de 2006

El Egrégor o Egrégora Masónica

“Egregor” [Del griego Egregoroi] significa velar. Egrégora también proviene del mismo término y designa la fuerza generada por la sumatoria de las energías físicas, emocionales y mentales de dos o más personas cuando se reúnen con cualquier finalidad.

A los Egregores, Eliphas Levi - el escritor ocultista francés - los denomina príncipes de las almas. Rizardo da Camino en su Diccionario Masónico, dice que es un “Cuerpo Místico que se forma con sus propias peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos se unen con las mentes para el acto de crear”. Al Egregor se le supone un centro de conciencia dévico, entendiendo por dévico a las reacciones del Espacio por cualquiera de los estados de conciencia humanos.

Se le conceptúa esotéricamente como un ente primordial formado por una agrupación de almas en un todo de sustancia mental o psíquica. Los antiguos consideraban a la Egrégora un ser vivo con fuerza y voluntad propias generadas a partir de sus creadores o alimentadores pero independiente de las de cada uno de ellos.

En el plano racional a los Egregores se les entiende como formas psíquicas que tienen que ver con estados de conciencia humanos. Es un 'ser psíquico' de carácter colectivo; un campo de influencia común, es un fluir sutil, invisible y elástico que ocupa espacios y que transmite energías creadas por un modo de pensar, de sentir o de actuar de los seres humanos. Es un “ente” real, sensible y actuante, aunque imponderable, que permite tener a los corazones sintonizados.

Es un alma grupal, un arquetipo que dirige el destino de la comunidad. Es innegable su poder por la consolidación de lazos entre el individuo y el grupo integrando al primero a un registro del inconciente colectivo. Si algunas personas se reúnen y emiten vibraciones fuertes e idénticas por pensamientos de la misma naturaleza, formarán uno por energía positiva o negativa, según sea el genero de los pensamientos emitidos, el Egregor creado con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones y de acuerdo a ellos, reaccionará sobre nosotros. Es decir; todo impulso vital o substancial que surge de individuos o de comunidades produce una reacción en el espacio que provoca la forma psíquica de un Egregor, que se establece alrededor de las personas, de los hogares, de templos, de instituciones, etc, y por el que se puede percibir las condiciones y carácter de los mismos.

La Egrégora se realimenta de las mismas emociones que la crearon, y a quienes la engendraron, se les induce a producir repetidamente las mismas emociones. Los hay efímeros y permanentes. Los primeros obedecen a impulsos psíquicos o estados de conciencia esporádicos y sin fuerza aglutinante; los segundos son el resultado de la acumulación de materia psíquica realizada de manera constante y permanente por efecto de los estados de conciencia habituales, ya sea de los individuos o de los grupos. Por ejemplo: Una persona pesimista producirá un tipo de energía que por ley de afinidad se fijará a su alrededor y se ligará con personas y sitios que tengan su misma vibración.

Vibración que puede ser uno de los siete principios herméticos, el que dice: "Nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra".

Si consideramos que hay tres planos de existencia: el plano físico o material, el plano mental o metafísico y el plano espiritual, también existen tres tipos de vibraciones, la más baja la del plano material y la más alta que corresponde al plano espiritual. Obviamente así como en el plano físico no todo lo que existe posee la misma vibración, en los demás planos también hay diferencia vibracional. En el Universo entero no hay nada que esté inmóvil y quieto sino que en realidad está todo continuamente vibrando y en movimiento. Cualquier pensamiento (positivo o negativo) es energía que sale de nosotros hacia el mundo exterior para dar forma a lo que hemos pensado. En su camino se une con pensamientos similares de otras personas y se fortifica, una vez que es lo suficientemente fuerte, regresa a quien lo creó. Una perfecta comprensión de este principio habilita al estudiante hermético a controlar sus propias vibraciones mentales, así como las de los demás.

Tres axiomas herméticos:

«Para cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad vuestra vibración».

«Para destruir un grado de vibración no deseable, póngase en operación el principio de polaridad y concéntrese a la atención en el polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se elimina cambiando su polaridad».

«La mente, así como los metales y los elementos, puede transmutarse de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración».

El Egregor formado por el poder de los ritos, de las ceremonias litúrgicas y de meditaciones llevadas a cabo regularmente por las distintas religiones, sociedades y escuelas esotéricas de entrenamiento espiritual del mundo determinan estados psíquicos con gran influencia que afectan el ambiente particular de tales comunidades y también sobre otras conciencias generando un fenómeno psicológico vivenciado como un despertar espiritual. Así, se aprecia una elevación o dignificación de la conciencia. Estos Egregores son deseables, necesarios, y es lícito pretenderlos como cohesión iluminada. Por el contrario, existen otros negativos que son generados por actos de egoísmo, por la incapacidad de aceptación del bien y de rechazar al mal. Estos Egregores son los más numerosos y los que frecuentemente nos encontraremos cruzados en el camino hacia la máxima elevación espiritual en donde se busca la paz, la serenidad y la comprensión.

Los distintos tipos de Egregores cualifican la vida de individuos y de los grupos que los produjeron por efecto de sus ordinarios y habituales trabajos y estados de conciencia. Los hay que provenientes del pasado aun pululan en ritos y ceremonias y continúan proyectando energías. Otros, de carácter reciente generan un poder muy notorio en la vida actual determinando los aspectos sociales, políticos, culturales, de las distintas naciones.

Ente mágico y etéreo, fruto de sinergismo de personas reunidas en la práctica de un ritual, como energía psíquica se dota de una forma objetiva en el plano donde se manifiesta. Esta forma se adapta a las expresiones de la personalidad cuando se experimentan estados de conciencia como el odio, la envidia, el miedo o la desesperación o, por el contrario, la benevolencia, el afecto, la compasión, la decisión o el valor. La acumulación de las energías psíquicas exigiendo una forma haya en los distintos espacios cualificados la respuesta adecuada. La actividad en distintos niveles de expresión psíquica, produce y determina aquellas formas y una vez creadas se introducen en las mismas constituyendo lo que podríamos denominar esotéricamente un centro de conciencia grupal.

El Egregor, siendo básicamente una creación mental -ya sea en un sentido positivo o negativo- ofrece la particularidad de estar dotado de una conciencia embrionaria con capacidades de acción y de reacción, así como de un alto espíritu de supervivencia. Tiene capacidad de absorción de las energías y también de expansión de las mismas, oponiendo resistencia a las fuerzas que tratan de destruirle. Los Egregores influyen muy directamente en la historia humana estructurando ambientes psíquicos que determinan el grado de civilización y cultura. Jesús formó el Egregor del cristianismo Hitler el del nazismo.

El masónico aparece en las logias durante el trabajo, por ello, sería aconsejable que el lugar esté exclusivamente dedicado para el oficio masónico y que la tenida se lleve a cabo tanto en el desarrollo del Ritual como en las intervenciones personales en completa armonía. La Egrégora masónica atribuye a los trabajos un carácter místico, diferenciándolos de otros tipos de reuniones, por tanto, al ingresar en el Templo, los miembros deberían dejar todo pensamiento y actitud profana fuera. Los Aprendices, Compañeros y Maestros, superando el papel de simples espectadores, deberían estar dispuestos a realizar aportes de actitud y opinión constructiva que producirán una especie de vibración involucrada que constituirá un Egregor particular al que nos conectaremos mental o emocionalmente, alimentándolo, al mismo tiempo que nos alimenta a nosotros en un constante equilibrio.

Si nuestro trabajo en el Taller se limita al simple ejercicio mímico del Rito, si evidenciamos una actitud desapegada y sin sentido ceremonioso, si nuestra intervención es una simple exposición de palabras vacuas, una logomaquia sin sentido, si nuestro pensamiento se enroca perezosamente en la rutina y desprecia aspiraciones elevadas; entonces estaremos contribuyendo a la formación de un Egregor que sumado a otros con igual actitud aumentará su fuerza y provocará el fracaso de los trabajos.

Cuando un hermano realiza su honesto aporte masónico puede generar una vibración poderosa que se propagará libremente por el silencio de algún alma opacada estimulando su reflexión. Imaginemos a la totalidad de hermanos trabajando con similar disposición y será fácil augurar un futuro provechoso para ése templo.

Hay logias en las que sus características peculiares perduran a pesar de los individuos que entran y salen de ella, el taller tiene su alma, su Egregor, formado por todos los que participaron en las Tenidas, también por su embellecimiento y cuidado, que deben ser permanentes. Así, el Templo puede ser sencillo pero debe estar escrupulosamente limpio, decorado con buen gusto para estimular la emoción artística, porque el arte y la belleza son fundamentales para la evolución del Egregor de la Logia. Deberían evitarse la murmuración, los gestos poco fraternales. Sería deseable por parte de todos los hermanos que sus trabajos estén regidos por los pensamientos más elevados y con las palabras más respetuosas y afectuosas. Convendría que las tenidas fueran constantes y regulares con asistentes sinceros y entusiastas con los trabajos de la Logia.

Link: Blog Rey Salomón
Link: El Egrégor de la Logia

23 de octubre de 2006

Segundo Concierto de Homenaje a Mozart

Con una importante asistencia, cercana a las 300 personas, el sábado 21 de octubre de 2006 se celebró en el Gran Templo de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, el Segundo Homenaje a Mozart.

En esta ocasión, la Camerata Exaudi, con la dirección de Pablo Dzodan, interpretó el siguiente programa:

Primera Parte: Confutatis, Lacrimosa y Agnus Dei, del Réquiem KV. 626.

Segunda Parte: Misa en Do Mayor KV. 317 "Coronación". Solistas: Soprano: Ana Day; Mezzo – Soprano: María Laura Weiss; Tenor: Adrián Barbieri; Bajo: Roberto Guerrini.



Link: Primer Concierto de Homenaje a Mozart
Link: Camerata Exaudi
Link: Wikipedia

6 de octubre de 2006

Segundo Concierto Homenaje a W. A. Mozart: La Camerata Exaudi


El sábado 21 de octubre a las 18.30 horas, en el Gran Templo del Palacio Cangallo, el Coro de la Camerata Exaudi presentará un Concierto Coral (Misa en Do Mayor, KV. 317), como Homenaje al Q:. H:. Mozart.

La Camerata Exaudi
El Proyecto
Camerata Exaudi surge como respuesta a la dura realidad socio-cultural reinante en la Argentina a fines del año 2000, la cual mostraba un vertiginoso empobrecimiento en los aspectos económico, social y cultural a lo largo de todo el territorio nacional. A partir del contacto con esta angustiante situación y gracias a sus fuertes convicciones, tres jóvenes directores de orquesta formados en la Universidad Católica Argenitna, pusieron en marcha un mecanismo de protección del patrimonio cultural nacional, cuyas máximas aspiraciones eran las de cubrir la evidente falencia del sistema generando así sus propias fuentes de trabajo y de realización profesional; ese mecanismo se denominó “Camerata Exaudi”.
Teniendo desde ese mismo instante como fin último y aspiración trascendente la evolución humana en su totalidad, nos propusimos dar forma a este desarrollo intelectual y espiritual de la sociedad, utilizando al arte como vehículo para esta realización.
Este proyecto se hizo realidad en el mes de mayo de 2001 con el primer ensayo de la agrupación. Desde esta fecha su actividad no ha cesado y se encuentra en constante desarrollo.
La dura situación mencionada se manifiesta aún de forma concreta mediante la imposibilidad que sufren muy a menudo los músicos en la actualidad, de poder desarrollar su actividad artística, compartiendo sus conocimientos y sensibilidad musical a través de su trabajo.
Por eso quienes ideamos y creamos este organismo tenemos la firme convicción de que la Camerata Exaudi tiene una doble función social claramente definida. Por un lado, es una potencial fuente de trabajo para una gran cantidad de músicos de altísimo nivel, y por el otro, brinda a la sociedad un producto que la enriquece y humaniza mediante la promoción del encuentro artístico y humano, en virtud de un objetivo superior que es la música misma.
Desde el inicio de sus actividades en el mes de Mayo de 2001, la Camerata Exaudi se consolida como grupo estable en el marco de la Universidad Católica Argentina, con un régimen regular de ensayos y su actividad se desarrolla de manera ininterrumpida a lo largo de todo el año. La elección de un sistema de ensayos regulares se debe a que, mediante un estrecho y continuo vínculo social se obtienen los más elevados logros humanos ya que se produce un fluido intercambio en todos los aspectos, tanto ideológicos como afectivos y musicales. Condición indispensable en la obtención de un nivel artístico de excelencia.
Además, creemos que la búsqueda de este nivel de virtuosismo se basa fundamentalmente en la fuerza inigualable que obtiene el hombre mediante el trabajo grupal, en donde todos sus integrantes luchan por un mismo fin. De ahí la importancia de la asociación de unos con otros, que permite mediante la suma de talentos individuales, alcanzar la finalidad del objetivo común. Por eso, dentro de nuestros varios emprendimientos, se mantiene el constante deseo de ampliación y crecimiento en diversas áreas de la música, lo que nos ha llevado a la creación de organismos en los cuales las máximas aspiraciones profesionales de cada ejecutante se lleven a cabo plenamente, lo que representa una muestra fiel del interés por parte de la dirección ejecutiva en la realización individual de cada integrante.
De esta postura se llega a una máxima idealización del concepto en el cual la Camerata Exaudi es una agrupación capaz de reunir a todas las disciplinas del arte. Brindando así, un espectáculo integral que potencie nuestras capacidades y movilice al espectador, comprometiéndolo en todos sus sentidos. Y que con nuestro trabajo, además de enaltecer la contemplación de numerosas obras de arte, llevemos a cabo una amplia difusión cultural que permita mantener al día este importante patrimonio al que todos deben tener acceso y que es la base sobre la cual se sustenta toda sociedad humana.
La Camerata Exaudi hoy: formación y funcionamiento
Impulsados por los satisfactorios logros obtenidos durante la temporada inicial de nuestra agrupación, quienes estamos a cargo de la coordinación y dirección de las actividades de la Camerata Exaudi hemos decidido propiciar - a partir del ciclo 2002 - la formación de varios organismos independientes dentro de nuestra agrupación.
Este organismo cuenta con cinco agrupaciones:

Orquesta Sinfónica: con la participación de 40 jóvenes instrumentistas que se reúnen todos los viernes de 18:30 hs. a 21:30 hs. en la sede de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la U.C.A. Aborda un repertorio clásico y contemporáneo, responsabilizándose también en la preparación y estreno de obras de compositores argentinos, especialmente escritas para la agrupación.

Coro: formado en el año 2002 ensaya una vez por semana (martes de 20 a 22.30 hs. en la sede de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la U.C.A.). Brinda la posibilidad de, además de interpretar obras a capella, abordar obras sinfónico-corales, ampliando así las posibilidades de repertorio de ambos organismos.

Ensamble de Vientos: interesados en la búsqueda de la realización artística de los más destacados integrantes de la orquesta, hemos formado este ensamble con nuestros solistas a mediados del año 2002, dándoles la posibilidad de realizar música de cámara de alto nivel, para lo cual se estipuló un régimen de ensayos extra, dando como resultado ya para noviembre de ese mismo año exitosas presentaciones en Capital Federal y en diciembre una gira a la ciudad de Mar del Plata (presentándose en el Teatro Colón) auspiciado por la Villa Victoria Ocampo y la Asociación Amigos del Teatro Colón de dicha ciudad.

Cuarteto de cuerdas: Integrado por los solistas de las respectivas filas de la orquesta, comenzará sus actividades a mediados de agosto del presente año.
Agrupaciones de cámara mixtas: Cuando es necesario, el Ensamble de Vientos y el Cuarteto de cuerdas se fusionan para dar lugar a este ensamble haciendo obras de orgánico mixto (cuerdas y vientos).




3 de octubre de 2006

Homenaje Masónico a Wolfgang Amadeus Mozart: Segundo Concierto

Concierto Coral
Misa en Do Mayor, KV. 317
“Coronación”

Solistas

Soprano: Ana Day
Mezzo-soprano: María Laura Weiss
Tenor: Adrián Barbieri
Bajo: Roberto Guerrini

Coro de la Camerata Exaudi

Director del Coro: Pablo Dzodan
Director Adjunto: Sebastián Di Sanzo
Pianista: María Laura Martínez

Sábado 21 de Octubre de 2006, 18:30 Horas
Gran Templo del Palacio Cangallo
Tte. Gral. J. D. Perón 1242 – Ciudad de Buenos Aires
Entrada Libre y Gratuita

La música de los verdaderos artistas nos brinda una sensación de bienestar producido por la captación de la belleza a través de nuestro intelecto, y por medio de nuestra sensibilidad emocional alcanza lo más hondo de nuestro ser. Es por eso que el revivir frecuentemente la experiencia musical, ya sea como espectadores o como músicos, nos eleva interiormente y nos permite enfrentar la vida cotidiana con mayor madurez, ayudándonos así a ser mejores hombres. Pablo Dzodan

Organización: R:. L:. Giordano Bruno Nro. 38

29 de septiembre de 2006

Representación de La Flauta Mágica: Crítica en Diario La Nación

Crítica de la representación de La Flauta Mágica, publicada en el Diario La Nación.

La flauta mágica
,
ópera en dos actos de Wolfgang Amadeus Mozart, con libreto de Emanuel Schikaneder, en versión semiescenificada, con orquesta integrada por miembros de la Sinfónica Nacional y del Coro Polifónico Nacional (dirección: Roberto Luvini), con dirección general de Pedro Ignacio Calderón. Régie, escenografía y vestuario, Sergio Massa; iluminación, Sergio Massa y Ernesto Bechara; coreografía, Nelly Casella. Cantantes: Ricardo González Dorrego, Claudia Cugnini, Diego Diez Gómez, Cecilia Layseca, Virginia Videla, Mónica Sardi, Marcela Pichot, Martín Caltabiano, Christian Casaccio, Walter Schwarz, Osvaldo Peroni, José María Vilanoba, Natalia Herrera, Nelson Benítez y Raúl Neumann. Bailarines: Paula Chalita, Laura Pérez Re, Adrián Scaranella y Ernesto Yanni. En la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones. El mismo programa se interpretará hoy, a las 20.30, en el Auditorio de Belgrano, Virrey Loreto y Cabildo, con entrada libre y gratuita.

Nuestra opinión: muy bueno

Como hecho sin precedente, La flauta mágica , verdadero testamento de Wolfgang Amadeus Mozart hacia los siglos futuros en razón de su complejo, aunque esclarecedor mensaje, retornó a su propia fuente de inspiración: un templo masónico. Su representación en la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, como homenaje al genio de Salzburgo -quien fue en vida miembro de la logia vienesa Zur Wohltätigkeit -, es la primera que se realiza en un lugar de tal carácter en todo el mundo.

Pero asimismo ha de señalarse, como alarde de profesionalismo, el llevar a escena una obra con tal profusión de personajes y lugares evocativos, imaginarios, y aun fantásticos, portadores de un mensaje que alcanza el destino mismo del hombre y de toda la humanidad en medio de la lucha originaria entre el mundo solar de la luz, la sabiduría, y la palabra como su portadora, y el reino nocturnal de las sombras, las imágenes y la ignorancia. En lugar de los recitativos, los oportunos comentarios previos de Julio Palacio, orientaron al público sobre la acción dramática.

La versión ofrecida, semiescenificada en razón de las reducidas dimensiones del recinto, contó empero con la participación de un significativo grupo de músicos de la Sinfónica Nacional y elementos del Coro Polifónico Nacional, con la conducción general del maestro Pedro Ignacio Calderón. Su rendimiento fue excelente desde todo punto de vista. Los escuetos recursos escenográficos empleados tuvieron el realce de la proyección de diapositivas que cubrieron las alusiones simbólicas de la trama con suma eficacia, y la atinada iluminación y el vestuario fueron acertados complementos de la acción dramática.

La régie se adaptó bien a los episodios melodramáticos de la trama, así como las ceremonias, los arcanos de la iluminación, la entronización iniciática de la joven pareja y los ritos de purificación al son de la mágica flauta. El acertado elenco de bailarines suplió con imaginativa coreografía muchos recursos escenográficos.

Una excelente labor cumplió la soprano Claudia Cugnini (Pamina) con buen timbre, dominio del registro y significativa expresividad (en especial en su aria "Ach, Ich fühl s" ) ante el silencio de Tamino; el tenor Ricardo González Dorrego (Tamino) dio muestras de acertada compenetración vocal y escénica. El Papageno que compuso Diego Diez Gómez, fue más convincente en lo actoral que en lo vocal, y fue muy eficaz en los momentos culminantes de su intervención y su encuentro con la graciosa Papagena (Cecilia Layseca).

Fue muy meritoria la participación de la soprano Fabiola Masino (Reina de la Noche) en los arduos pasajes de su parte, y hubo eficacia vocal e histrionismo en Osvaldo Peroni (Monóstatos). Además de su buena presencia escénica, las Tres Damas (las sopranos Videla y Sardi, y la contralto Pichot) cumplieron lucidamente sus partes vocales, y el bajo Walter Schwarz (Sarastro) con solemne presencia escénica se desempeñó correctamente. Raúl Neumann fue un Orador con todas las de la ley, por su excelente dicción alemana.

Héctor Coda

Link: La Nación

28 de septiembre de 2006

Representación de La Flauta Mágica: Videos

Representación de La Flauta Mágica en el Gran Templo del Palacio Cangallo (Sede de la Masonería Argentina), el miércoles 27 de Setiembre de 2006.

Actuación de la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional con la dirección del maestro Pedro Ignacio Calderón.





Primer Acto







Segundo Acto





Final

Representación de La Flauta Mágica: Fotos

Representación de La Flauta Mágica en el Gran Templo del Palacio Cangallo (Sede de la Masonería Argentina), el miércoles 27 de Setiembre de 2006.

Actuación de la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional con la dirección del maestro Pedro Ignacio Calderón.



12 de septiembre de 2006

Homenaje a Domingo Faustino Sarmiento (1888-2006)

Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), se inició como francmasón a fines de Julio de 1854 en la Logia Unión Fraternal de Valparaíso (Chile).
En Buenos Aires fundó la Augusta y Respetable Logia Unión del Plata, y se convirtió en su primer orador. En el 1882 se aplicó a la Logia Obediencia de la Ley No. 13, y asumió como Gran Maestre de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones. En esa posición obtuvo el más alto grado del rito escocés antiguo. Compartió esta posición con personajes como los ex-presidentes Justo José de Urquiza, Bartolomé Mitre, el general Juan Andrés Gelly y Obes, y el mismo presidente Santiago Derqui.
Cuando Sarmiento asumió la presidencia de la Nación se alejó de la Masonería. Quiso dejar en claro que nada lo distraería de sus funciones.

Al cumplirse el 118º aniversario de su fallecimiento, la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, con la presencia del Gran Maestre M:. R:. H:. Sergio Héctor Nunes, le rindió homenaje en el Cementerio de la Recoleta.















4 de septiembre de 2006

Mausoleo masónico en el Cementerio de la Chacarita (Ciudad de Buenos Aires). Segunda Parte.

Antecedentes: Mausoleo Masónico (Primera Parte).

Aclaración: La calidad de los videos no es óptima.

Parte 1 - Entrada al Mausoleo.



Parte 2 - Primera planta del Mausoleo.



Parte 3 - Segunda planta del Mausoleo.



Parte 4 - Segunda planta del Mausoleo.



Parte 5 - Segunda planta del Mausoleo.



Parte 6 - Segunda planta del Mausoleo.



Parte 7 - Saliendo del Mausoleo.

Mausoleo masónico en el Cementerio de la Chacarita (Ciudad de Buenos Aires)

"En un lugar muy fuerte, cubierto e iluminado, donde reina la paz, la concordia y la caridad, bajo la bóveda celeste en el punto vertical que corresponde al Oriente de Buenos Aires, se reunieron los miembros que componen la Augusta y Respetable Logia de San Juan de Escocia, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Regularmente Constituida con el título distintivo de Augusta Logia Liberi Pensatori, conocida bajo el título de Liberi Pensatori en la Boca del Riachuelo".

Esta es la trascripción del encabezamiento de un Acta confeccionada el día 15 de enero de 1875, correspondiente a la Tenida Magna de Instalación y Regularización de los Oficiales y demás miembros de la Logia Liberi Pensatori; en el Oriente de La Boca, calle Almirante Brown Nro. 235, bajo la Presidencia de Juan Roncoroni, quien era asistido en sus tareas por Pedro Cánova, Juan Mérega, Luis Garzoglio, Pedro Perinetti, Santiago Ferro, Angelo Vaccari, Simón Carnovali, Antonio Zanni y Domingo Bértora, todos vecinos del barrio de pudiendo leer en las crónicas de la época que para dicha ceremonia contaron con la presencia de más de 300 hermanos. Fuente: R:. L:. Liberi Pensatori Nro. 47

Alrededor del año 1911, la Logia adquiere un predio dentro del Cementerio de la Chacarita donde levanta un mausoleo. En la entrada del mismo podemos ver tres columnas, el arco griego, el ojo masónico, el mundo y la cadena de unión, las lámparas motivas rodeando el edificio.




29 de agosto de 2006

La Flauta Mágica: Primera realización mundial en un Templo Masónico

La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones presentará "La Flauta Mágica" el próximo 27 de septiembre de 2006 a las 19 horas, en el Gran Templo del Palacio Cangallo, Sede de la Masonería Argentina.

La ópera “La Flauta Mágica” compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart, con libreto de Emanuel Schikaneder, se estrenó el 30 de septiembre de 1791 en el Theater auf der Wieden de Viena en Austria.Por el mes de mayo de ese año Mozart cumplía diez años de residencia vienesa. Conocía desde hacía bastante tiempo a Schikaneder que también, como él, era masón y un artista muy destacado en la ciudad como escritor, actor, cantante y empresario teatral. Ambos pasaban, por esa época y por diferentes circunstancias, apuros económicos y pensaron que un trabajo conjunto podía ser un paliativo. Comenzaron con la realización de “La Flauta Mágica”, interrumpida por los encargos, en julio, del “Réquiem” (que quedará inconcluso a su muerte en diciembre) y en agosto, que les llevó solo dieciocho días, “La Clemencia de Tito”, estrenada el 6 de septiembre.

Muchas son las interpretaciones que ha merecido “La Flauta Mágica” con respecto a la base de elaboración del libreto, pero más allá de todas ellas, en el simbolismo de que está empapada se hallan incorporados muchos elementos de clara significación masónica.

En 1974 el genial cineasta sueco Ingmar Bergman, con su guión y dirección, llevó a la pantalla su particular versión de la ópera (Trollflojten).
Wolfgang Amadeus Mozart nace en Salzburgo en 1756, hijo del compositor Leopold Mozart, quien le enseña lo necesario para los primeros pasos en la música y quien lo exhibe por todas las cortes europeas, buscándole un puesto importante en el que desarrollar su labor, al margen de poder obtener beneficios económicos con ello. La obsesión de un hombre de mentalidad barroca, que veía en el futuro a un músico trabajando junto a un príncipe.
Este recorrido europeo y sus cortes, motivó que el joven fuese asimilando toda la música con la que se encontraba (En 1763 en Viena, París, Londres, Holanda y Suiza e Italia, de 1769 a 1771, en lugares como Bologna, Florencia, Pisa y Roma, entre otros). Terminado este periplo se establece en su ciudad natal para trabajar allí, pero su juventud le impide alcanzar puestos relevantes y sus grandes conocimientos hacen que no encaje como un aprendiz, motivos que lo deciden a trasladarse, otra vez por las Cortes en busca de mayor fortuna, hasta ser llamado por el arzobispo de Salzburgo a fin de que desarrolle su tarea para él.
Distintas circunstancias, como la muerte de su madre, precarias relaciones paternas, el menosprecio de la aristocracia por su labor, lo hacen marchar en forma definitiva a Viena en 1781. Allí dará clases y realizará composiciones para varios nobles a la espera de poder alcanzar un puesto en la Corte. También compondrá conciertos para piano, dado el gusto del público vienés por este instrumento y en ellos ampliará el concepto de concierto, creando el estilo clásico al utilizar un contraste de tonalidades y materiales temáticos en forma de sonata. El último de los grandes géneros que aborda es la ópera, a ella aportará sus innovaciones, sobre todo en la cómica dando una nueva humanidad, profundidad y sentimiento. En este sentido, se aleja de las italianas de esta misma época, introduciendo cambios como la fusión entre ópera seria y ópera cómica.
En 1784, se inicia como Aprendiz Masón en la Logia “Beneficencia” de Viena.
A partir de ese momento plasmó el simbolismo masónico en su música, como se aprecia, entre otras, en "Camino a la fraternidad", "La alegría del masón", "Oda fúnebre", "Pequeña cantata masónica" (proviene de allí el actual Himno Masónico Internacional). Este trabajo musical adquiere su máxima expresión en "La Flauta Mágica", donde se observa lo más grandioso del simbolismo masónico musical, una alegoría a la perfección de la persona dada a través de una representación simbólica de lo que es el camino iniciático.
Diez días después de su ingreso a la Masonería visita la más prestigiosa Logia de Viena "Zur Wahren Eintracht" (La Verdadera Armonía) cuyo Venerable Maestro era el científico y humanista Igmar Von Born, que fue autor de un libro sobre los misterios egipcios, y que va a tener gran influencia sobre su vida.
Mozart muere el 5 de diciembre de 1791.
Luego "La Flauta Mágica" se representó en Praga en el mes de octubre de 1792. Entre los años 1793 y 1798 figuró en 63 ciudades europeas, cantada en su texto original.
En 1799 se conoció en Amsterdam, y dos años después en el Teatro Italiano de París, con el título de "Les mystéres d'Isis", con interpolación de otras páginas mozartianas, en caprichosa adaptación de Morel y Chedeville, realización ésta que no obstante sus arbitrariedades superó las cien representaciones.

En Londres figuró por primera vez en 1811 en el King's Theatre de Haymarket, en traducción italiana de Giovanni de Gamerra, el libretista de "Lucio Silla", ofreciéndose luego en Dublín, Estocolmo, Copenhague, Bucarest, Bruselas y en el teatro Alla Scala de Milán. En este último se cantó en 1816 con intervención principal de las cantantes Lorenza Correa y Teresa Belloc-Giorgi, dos celebridades de la época.
En New York se conoció recién el 17 de abril de 1833 en el Park Theatre, en adaptación al inglés de Charles Edward Horn.
Durante el resto del siglo XIX "La Flauta Mágica" figuró en diversas adaptaciones y traducciones, escuchándose en Helsinki, Amberes, Zagreb y otros centros artísticos europeos.
Como un homenaje a doscientos cincuenta años del nacimiento de su creador, El Hermano Mozart, y de acuerdo a antecedentes que se disponen y el trabajo de investigación realizado, esta anunciada presentación en Buenos Aires será la primera en la historia que se efectúe, en el mundo, en un Templo Masónico.
El 27 de septiembre "La Flauta Mágica" (Singspiel: Die Zauberflöte KV. 620) estará a cargo de un elenco de destacados solistas como Daniel Benchimol, Claudia Cugnini, Diego Diez Gómez, Cecilia Layseca, Walter Schwarz, Carlos Sampedro y Mario De Salvo entre ellos.
Régie, escenografía y vestuario de Sergio Massa.
Actuación de la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional con la dirección del maestro Pedro Ignacio Calderón.
Organización de la Logia
Giordano Bruno Nº 38.
A los efectos de la acreditación para la cobertura del acontecimiento, así como por más detalles e información o para realización de entrevistas previas, rogamos la gentileza de contactarnos con los detalles de vuestras necesidades en la siguiente dirección de correo electrónico: prensa@masoneria-argentina.org.ar

30 de julio de 2006

Segunda Tenida Blanca sobre Giordano Bruno

Con una importante asistencia, el viernes 28 de julio de 2006 se celebró la Segunda Tenida Blanca sobre Giordano Bruno. En esta ocasión, la disertación estuvo a cargo del historiador, escritor y guionista Eduardo Callaey.
Para descargar el audio de la conferencia, por favor haga click aquí. La clave solicitada para la descarga es "giordano". La demora en la descarga del archivo depende de la velocidad de su conexión.



14 de julio de 2006

Giordano Bruno: entre el cielo y el infierno, el desafío de la razón


La Respetable Logia Giordano Bruno No. 38 invita a los QQ:. HH:. de la Obediencia a participar de la segunda Tenida Blanca, abierta a todo público, referida a quien da nombre a la misma.

Título: "Giordano Bruno: entre el cielo y el infierno, el desafío de la razón".

La disertación estará a cargo del historiador, escritor y guionista Eduardo Callaey.

Esta Tenida tendrá lugar en la Sede de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones - Tte. Gral. J. D. Perón 1242 (Ciudad de Buenos Aires) - el día viernes 28 de Julio a las 19.30 horas. La entrada es libre y gratuita.

La primera Tenida Blanca sobre Giordano Bruno tuvo lugar el dia miércoles 28 de Junio próximo pasado, en el Gran Templo de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Su título fue: "Giordano Bruno: Un pensador del Siglo XVI, con ideas para el Siglo XXI". La concurrencia superó las cien personas.


Adjuntamos una pequeña biografía sobre Giordano Bruno.

A la espera de vernos honrados por vuestra asistencia, los saludamos con un T:. A:. F:.

20 de mayo de 2006

Giordano Bruno: Un pensador del Siglo XVI, con ideas para el Siglo XXI


La Respetable Logia Giordano Bruno No. 38 invita a los QQ:. HH:. de la Obediencia a participar de una Tenida Blanca, con asistencia de damas y huéspedes.
Título: "Giordano Bruno: Un pensador del Siglo XVI, con ideas para el siglo XXI".
La disertación estará a cargo del Q:. H:. Jorge Buratti.
Esta Tenida tendrá lugar en la Sede de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones - Tte. Gral. J. D. Perón 1242 (Ciudad de Buenos Aires) - el día miércoles 28 de Junio a las 19.30 horas. La entrada es libre y gratuita.
Adjuntamos una pequeña biografía sobre Giordano Bruno.
A la espera de vernos honrados por vuestra asistencia, los saludan con un T:. A:. F:.
F. A., Secretario
M. C., V:. M:.

14 de marzo de 2006

Giordano Bruno, "El Nolano"

Para poder narrar a grandes rasgos los hechos más importantes de la vida y de la muerte de Giordano Bruno, como mínimo tenemos que tener bien en claro estas cuatro palabras, que sin dudas, en el transcurso de su vida, serán muy importantes.

1. MÁRTIR: Persona que muere o sufre en defensa de su creencia o convicciones.
2. HEREJE: Cristiano que en materia de fe, se opone a lo que propone la Iglesia.
3. INQUISICIÓN: Tribunal eclesiástico que se estableció en algunas naciones, con el objeto de inquirir y castigar los delitos contra la fe.
4. HÉROE: El que lleva a cabo una acción heroica.

Antes de comenzar, les aclaro, que he tomado la información de diversos Sitios Web, y trataré en lo posible, resumir escuetamente los hechos más relevantes, que a mi humilde entender, nos darán una idea concreta de quien fue Giordano Bruno.

Datos Personales.

Su verdadero nombre era Filippo Bruno; él cambia su nombre de pila “Filippo” por el de Giordano. Nació por el año 1548 en la ciudad de Nola, Italia, muy cerca de Nápoles; murió el 17 de febrero de 1600, quemado en la hoguera por la “Santa Inquisición”, en Campo dei Fiori, Roma, a la edad de 51 o 52 años, acusado de herejía.

En la actualidad, Bruno es un paradigma de la rebelión frente al dogma, un adalid de la libertad de pensar, un connotado filósofo, teólogo, matemático, poeta, un sorprendente astrónomo sin instrumentos y mártir.

Cómo era.

Tenemos que situarnos en la época de la Europa Renacentista del siglo XVI, por los años 1548-1600, y razonar donde Bruno pudo adquirir el conocimiento trascendente que logró y cuya metafísica y cosmología, lo ubicaron sin dudas, en la actualidad, como uno de los grandes del pensamiento humano.

Defendió la idea de Copérnico, en el sentido que no era el Sol el que giraba en torno de la Tierra, si no que ésta lo hacía en torno del Sol.

Decía: Existe un Universo infinito, con muchos infinitos, en el que las estrellas, fijas, no lo están en absoluto. Hay innumerables soles, con un sin número de tierras que giran alrededor de dichos soles. Estos planetas, no son visibles porque las estrellas se hallan a enormes distancias de nosotros y debe haber, en nuestro sistema solar, otros planetas no visibles. Debe haber un infinito número de seres, moralmente imperfectos y otros más perfectos, habitando la infinitud de mundos.

En uno de sus libros llamado “El Fastidio”, Giordano hace comentarios sobre su permanencia, como novicio, en un convento de monjes dominicos. En Nápoles, donde escribe una estremecedora acusación contra la Iglesia, dice: “Usted verá, arrebatos de carteristas, ardides de tramposos y empresas de granujas, en una entremezclada confusión, también deliciosa repulsión, dulces amargos, decisiones absurdas, fe confundida y esperanzas lisiadas, caridades de tacaños, jueces nobles y serios, para con los asuntos de otros hombres, con poca verdad en los propios, mujeres viriles, hombres afeminados y voces de astucia, no de misericordia, de modo que el que más cree, es más engañado y por todas partes, el amor al oro”. La Santa Verdad, no debe ser avasallada, por la Santa Ignorancia.

Estudió a Copérnico, eliminando de la teoría copernicana el fallido concepto del cosmos finito, cerrado por una esfera de estrellas inmóviles. Expresó que el Sol no esta inmóvil, ni es el centro del Universo. Fundamentó la reencarnación y la existencia de un espíritu universal, principio de la vida y que cómo sustancia anímica se halla en todas las cosas, sin excepción, y constituye el principio motor de las mismas.

También decía: La unión espiritual con Dios, solo puede realizarse en la contemplación de la verdad, siendo la “Santa Ignorancia” el obstáculo y enemiga declarada de toda investigación de la verdad.

En esos años, la cristiandad estaba en plena crisis. La Iglesia se dividió en pedazos y en pocos años, Lutero, Calvino, Enrique VIII, separaron naciones enteras de Roma. Estallan las así llamadas “guerras de religión”. La iglesia católica responde a la forma protestante con el Concilio de Trento, que trajo renovación espiritual.

Giordano nace en un tiempo en el que el pluralismo de las ideas, era con frecuencia, sinónimo de guerra entre pueblos. Su destino estaba marcado desde sus inicios, por la soledad. Pierde a sus padres siendo muy pequeño. A los 17 años entra en un convento dominico, estudia la filosofía oficial de Aristóteles y la Teología de Santo Tomás. Ayudado por su extraordinaria memoria y su viva inteligencia, se convierte en un hombre de mucha cultura, que añadido a una personalidad fuerte y aguda, aunque de espíritu atormentado, pronto es blanco de severas críticas. Diez años más tarde, debe abandonar la Orden por conflictos con sus superiores, iniciando así una vida solitaria y errante, sospechado de herejía. Comienza a andar por Europa, se va al norte de Italia, luego a Suiza, Francia, Alemania, Inglaterra. Donde quiera que llegue, es primero admirado, después ridiculizado y luego odiado y expulsado. Hombre de una memoria extraordinaria, de un ingenio fascinante, rompe con todos los esquemas de la época, ya que no pertenecía a ninguna escuela.

Genial e irreverente, consideraba a los monjes como “santos burros”. Para él, las religiones no eran más que un conjunto de supersticiones útiles, para tener bajo control a los pueblos ignorantes. Consideraba a Jesús como a una especie de mago, a la eucaristía como a una blasfemia, ve en todas las cosas el latido de un alma universal. Así abandona al cristianismo. También lo excomulgan los calvinistas y luteranos. Se entrega a la magia, alejándose de la ciencia experimental de Galileo.

Ciertamente, puede ser considerado como uno de los padres del relativismo. No solo va más allá del sistema Ptolomeico geocéntrico, que entonces imperaba, si no que va más allá del mismo Copérnico y su heliocentrismo: el mundo es infinito, grita, y el centro, soy yo.

Como llega a su final.

En 1591 Bruno vuelve a Italia, específicamente a Venecia, invitado por Zuane Mocenigo, para educar a su aristocracia en mnemotecnia. Después de un tiempo, Mocenigo, tras haber escuchado de boca de Bruno, sus pensamientos acerca de la Iglesia y del Universo, lo denuncia a la “Santa Inquisición”. Fue arrestado el 23 de mayo de 1592 en Venecia. Fue interrogado sobre sus trabajos teológicos y filosóficos y el 27 de enero del 1593, entregado a la Inquisición en Roma, por petición directa del entonces Nuncio Papal Taverna, actuando en el nombre del Papa Clemente VIII.

En Roma lo interrogaron durante 7 años sobre aspectos de su vida, sus opiniones filosóficas y teológicas. El 15 de febrero del 1599, lo condenaron culpable de ocho actos específicos de herejía, los que la Iglesia no ha revelado hasta nuestros días.

Según algunos documentos, fue procesado por sus opiniones ateas y por la publicación de su libro “La expulsión de la bestia triunfante”. El 20 de enero del 1600, la inquisición entregó su veredicto: muerte en la hoguera por herejía. Prohibiendo, todo lo por él mencionado, sus libros, y sus escritos de cualquier índole, siendo quemados públicamente en la plaza de San Pedro. Cuando Bruno escuchó su sentencia, exclamó: “Quizás ustedes, que pronuncian mi sentencia, tienen más miedo que yo, que la recibo”.

El inquisidor de este proceso fue el teólogo Roberto Belarmino. De esta manera, el 17 de febrero del 1600, fue muerto en la hoguera, en el Campo dei Fiori. Hoy hay una plaza y en el 1600 un campo de flores silvestres, hoy hay una estatua en su honor inaugurada el 9 de junio del 1889 por académicos y alumnos de la Universidad de Roma, con esta inscripción: A Giordano Bruno, el siglo que él anticipó, en Roma, donde fue quemado en la Pira.

¿Qué podríamos agregar después de 406 años de su muerte? La luz actual nos señala que se lo condenó simplemente por el delito de pensar y pensar bien, dejando mal parado al intransigente y sectario dogma, que en el nombre de Cristo, quien vino en su luz a hermanarnos, a tantos otros, dio cruel muerte.

Hay muchísimas cosas más de la vida de Giordano y mucho más también después de su muerte, pero creo haber resumido su vida, su difícil y controversial vida.

Giordano, antes de su muerte, se dedicó a escribir poemas; no todos terminaron en cenizas. Quiero rescatar alguno de sus pasajes. Dice: “Mucho he luchado, pensé que podía ganar, pero el destino y la naturaleza, sofocaron mis meditaciones y esfuerzos, pero ya es algo estar en el campo de batalla, porque ganar, depende mucho de la suerte, pero hice cuanto pude y no creo que nadie en las generaciones futuras lo niegue, no temí a la muerte, nunca me rendí a nadie, en lugar de una vida cobarde, elegí una muerte valiente”. Giordano, a 8 días de su muerte, terminó un poema de esta manera.

Y entró sereno en la brasa
lúcido entre las ávidas llamas
toda época está en retroceso
y todo presente es pasado devorado en el futuro.
Aquel 9 de febrero del 1600 también.

Giordano Bruno, poeta,
loco, y filósofo, que en la duda encontró su verdad
nació para todos y yo nací con él.
Yo soy Giordano Bruno.

Giordano Bruno


Biografía de Giordano Bruno

Giordano Bruno (1548-1600). Por John Kessler (traducido por Pablo Flores).

En el año 1548 nació un niño italiano en el pequeño pueblo de Nola, no lejos del Vesubio, al que le dieron por nombre Giordano Bruno. Aunque pasó la mayor parte de su vida en países hostiles y extranjeros, volvió a su hogar al fin de sus viajes y después de haber escrito casi veinte libros.

Cuando tenía trece años comenzó a ir a la escuela en el Monasterio de San Domingo. Era un lugar famoso. Tomás de Aquino, él también un dominico, había vivido y enseñado allí. En pocos años Bruno se hizo sacerdote dominico.

No pasó mucho tiempo antes de que los monjes de San Domingo comenzaran a aprender algunas cosas sobre el extraordinario entusiasmo de su joven colega. Era franco, abierto y para nada reticente. No pasó mucho antes de meterse en problemas. Era evidente que a este muchacho no se le podía forzar a encajar en la rutina dominica. Una de las primeras cosas que un estudiante debe aprender es dar al maestro las respuestas que el maestro quiere. El maestro promedio es el preservador de los antiguos hitos. Los estudiantes son su audiencia. Aplauden, pero no deben innovar. Deben aprender a trabajar y a esperar. No fue la conducta de Bruno sino sus opiniones lo que lo metió en problemas.

Huyó de la escuela, de su pueblo natal, de su propio país, y trató de encontrar entre extraños y extranjeros un ambiente que congeniara con su integridad intelectual, que no encontraba en su hogar. Es difícil no ponerse sentimental acerca de Bruno. Era un hombre sin patria y, al final, sin iglesia.

A Bruno le interesaba la naturaleza de las ideas. Aunque el nombre no se había inventado aún, sería perfectamente apropiado nominar a Bruno como epistemólogo, o como un pionero de la semántica. Toma su materia prima de la mente humana.

Es un hecho interesante que aquí, al cierre del siglo XVI, un hombre, encerrado por todos los lados por la autoridad de la tradición clerical, haga lo que puede considerarse un recorrido filosófico del mundo que la ciencia de la época estaba revelando. Es particularmente interesante porque sólo en el siglo XX se ha vuelto de nuevo popular el hábito de esta clase de especulación. Bruno vivió en un período en que la filosofía se había divorciado de la ciencia. Quizá sería mejor decir que la ciencia se había divorciado de la filosofía. Los científicos se sentían demasiado fascinados por sus nuevos juguetes como para molestarse con la filosofía. Empezaban a ocupar su tiempo con telescopios y microscopios y recipientes de productos químicos.

En 1581 Bruno fue a París y comenzó a dar conferencias sobre filosofía. No era poco común que los académicos vagaran de aquí para allá. Hizo contactos fácilmente y logró interesar a todos los grupos con los que se contactó con el fuego de sus ideas. Su reputación llegó a oídos del rey Enrique III, quien sintió curiosidad acerca de esta nueva atracción filosófica. Enrique III tenía curiosidad por averiguar si el arte de Bruno era el del mago o el del hechicero. Bruno se había hecho una reputación como mago que podía inspirar una mayor retención de memoria. Bruno satisfizo al rey mostrándole que su sistema se basaba en el conocimiento organizado. Él encontró un patrón en Enrique III, lo cual tuvo mucho que ver con el éxito de su corta carrera en París.

Fue alrededor de esta época que una de las primeras obras de Bruno fue publicada, “De Umbras Idearum” (Las Sombras de las Ideas) al cual le siguió prontamente “Ars Memoriae” (El Arte de la Memoria). En estos libros mantenía que las ideas son sólo sombras de la verdad. La idea era extremadamente novedosa en ese momento. En el mismo año produjo otro libro: "Breve Arquitectura del Arte de Lull" con su "Compleción". Ramón Lull había tratado de probar los dogmas de la iglesia por medio de la razón humana. Bruno niega el valor de tal esfuerzo mental. Señala que el cristianismo es enteramente irracional, que es contrario a la filosofía y que está en desacuerdo con otras religiones. Observa que lo aceptamos por la fe; que la revelación, como se la llama, no tiene base científica.

En su cuarta obra elige a la hechicera homérica Circe, que convertía a los hombres en bestias, y hace que Circe discuta con su doncella un tipo de error que representa cada bestia. El libro “Cantus Circaeus” (El encantamiento de Circe) muestra a Bruno trabajando con el principio de asociación de ideas, y cuestionando continuamente el valor de los métodos tradicionales de conocimiento.

En el año 1582, a la edad de 34 años, escribió una obra, “Il Candelaio” (El Candelero). Muestra a un hacedor de velas que trabaja con sebo y grasa y luego tiene que salir a vender su mercancía a los gritos: "Contempla en la vela que lleva este candelero, a quien doy a luz, aquello que clarificará ciertas sombras de ideas... No hace falta que te instruya en mi creencia. El tiempo todo lo da y todo lo quita; todo cambia pero nada perece. Uno solo es inmutable, eterno y dura para siempre, uno y el mismo consigo mismo. Con esta filosofía mi espíritu crece, mi mente se expande. Por ello, no importa cuán oscura sea la noche, espero el alba, y aquéllos que viven en el día esperan la noche. Por tanto, regocíjate, y mantente íntegro, si puedes, y devuelve amor por amor."

Llegó un momento en que la novedad de Bruno se desgastó en Francia, y sintió que era hora de seguir adelante. Fue a Inglaterra a comenzar de nuevo y a encontrar una nueva audiencia. No logró hacer contacto académico con Oxford. Oxford, como otras universidades europeas de la época, rendía reverencia académica a la autoridad de Aristóteles. Mucho se ha escrito sobre cómo la Edad Media fue estrangulada por la mano muerta de Aristóteles. No eran los métodos de Aristóteles ni la mente capaz de Aristóteles lo que se cuestionaba sino la autoridad de Aristóteles. Una cosa debía ser creída porque Aristóteles la había dicho. Era parte del método de Bruno el objetar, a su manera enérgica, a que se lo obligase a uno a tragarse sin protestar ciertas afirmaciones porque Aristóteles las hubiera hecho, cuando eran obviamente diferentes a la experiencia en vivo de los sentidos que la ciencia estaba produciendo.

En su obra " La Cena del Miércoles de Cenizas", la historia de una cena privada con invitados ingleses, Bruno difunde la doctrina copernicana. Se le había ofrecido al mundo una nueva astronomía de la cual la gente se reía porque estaba en desacuerdo con las enseñanzas de Aristóteles. Bruno llevaba adelante una entusiasta propaganda con ánimo de pelea. Entre los años 1582 y 1592 no había apenas ningún maestro en Europa que difundiese persistente, abierta y activamente las nuevas sobre el universo que Copérnico había dibujado, excepto Giordano Bruno. Un poco más tarde, otro personaje aún más famoso iba a hacerse cargo de la tarea: Galileo Galilei.

Galileo nunca conoció a Bruno en persona y no lo menciona en sus obras, aunque debe haber leído algunas de ellas. No podemos culpar a Galileo por ser suficientemente diplomático y evitar la mención de un hereje reconocido. Galileo ha sido criticado con frecuencia porque, ante sus propias dificultades, se inclinó por su seguridad personal. Demandamos mucho de nuestros héroes.

Mientras estaba en Inglaterra, Bruno tuvo una audiencia personal con la reina Isabel. Escribió sobre ella a la manera superlativa de su época, llamándola diva, Monarca Protestante, sagrada, divina, las mismas exactas palabras que usó para Su Muy Cristiana Majestad y Cabeza del Sagrado Imperio Romano. Esto fue usado contra él cuando fue llevado más tarde a juicio como ateo, infiel y hereje. La reina Isabel no tuvo una muy alta opinión de Bruno. Lo vio como salvaje, radical, subversivo y peligroso. Bruno encontró a los ingleses bastante burdos.

Bruno no tenía un lugar seguro en las comunidades religiosas protestantes ni en las católicas romanas. Llevó a cabo su lucha contra terribles obstáculos.

Había vivido en Suiza y Francia, y ahora estaba en Inglaterra, y se fue de allí a Alemania. Traducía libros, leía pruebas de imprenta, y reunía grupos y daba conferencias sobre cualquier cosa que surgiera de ellos. No requiere mucha imaginación hacerse la imagen de un hombre que remendaba sus propias ropas, que con frecuencia pasaba frío y hambre e iba desaliñado. Sólo hay unas pocas cosas que sepamos de Bruno con gran certidumbre, y estos hechos son las ideas que dejó atrás en sus libros prácticamente olvidados, la literatura de contrabando de su época. Después de veinte años en el exilio nos lo imaginamos alienado, ansioso de oír el sonido de su propia lengua y de tener la compañía de sus compatriotas. Pero siguió escribiendo libros. En su libro “De Causa, principio et uno” (Sobre la Causa, el Principio y la Unidad) encontramos frases proféticas:

"Todo este orbe, esta estrella, no estando sujeta a la muerte, y siendo imposibles la disolución y la aniquilación en la Naturaleza, de tanto en tanto se renueva a sí mismo cambiando y alterando todas sus partes. No hay un arriba o abajo absolutos, como enseñó Aristóteles; ninguna posición absoluta en el espacio; sino que la posición de un cuerpo es relativa a las de los otros cuerpos. En todos lados hay un incesante cambio relativo de posición a través del universo, y el observador siempre está en el centro."

Sus otras obras fueron "El Infinito, el Universo y sus Mundos", "El Transporte de las Almas Intrépidas", y la "Cábala del Garañón como Pegaso con la Adición del Asno de Cilene", una discusión irónica sobre las pretensiones de la superstición. Este "asno", dice Bruno, se lo encuentra en todos lados, no sólo en la iglesia sino en las cortes de ley e incluso en los colegios. En su libro " La Expulsión de la Bestia Triunfante ", ataca la pedantería que encuentra en las culturas católica y protestante. En otro libro, " La Hoja Trifoliada y la Medida de las Tres Ciencias Especulativas y el Principio de Muchas Artes Prácticas", encontramos una discusión sobre un tema que iba a ser tomado en un siglo posterior por el filósofo francés Descartes. El libro fue escrito cinco años antes de que naciera Descartes, y en él se dice: "Aquél a quien le inquiete la filosofía debe ponerse a trabajar poniendo todas las cosas en duda".

También escribió "De la Unidad, la Cantidad y la Forma ", y otra obra "Sobre las Imágenes, Signos e Ideas", como así también "Sobre lo Inmenso e Innumerable", "Exposición de los Treinta Sellos" y "Lista de Términos Metafísicos para Comenzar el Estudio de la Lógica y la Filosofía". Su título más interesante es "Ciento Sesenta Artículos Dirigidos Contra los Matemáticos y Filósofos de la Época". Una de sus últimas obras, "Las Ataduras de la Especie ", quedó sin terminar.

Es fácil hacerse una impresión de la reputación que Bruno se había creado hacia el año 1582 en las mentes de las autoridades clericales de Europa meridional. Había escrito sobre un universo infinito que no había dejado lugar para aquella otra concepción infinita mayor que se llama Dios. No podía concebir que Dios y la naturaleza pudiesen ser entidades separadas y distintas como lo enseñaba el Génesis, como lo enseñaba la Iglesia, y como lo enseñaba incluso Aristóteles. Predicaba una filosofía que hacía insignificantes los misterios de la virginidad de María, de la crucifixión y la Misa. Era tan ingenuo que no podía ver sus propios esquemas mentales como si fuesen realmente herejías. Veía a la Biblia como un libro que sólo los ignorantes podían tomar literalmente. Los métodos de la Iglesia eran, para decirlo lo más suavemente posible, desafortunados, y promovían la ignorancia por instinto de autopreservación.

Bruno escribió: "Todo, no importa de qué manera puedan los hombres creerlo seguro y evidente, prueba, cuando se lo trae a discusión, que no es menos dudoso que las creencias extravagantes y absurdas". Acuñó la frase “Libertes philosophica”: El derecho a pensar, a soñar, por decirlo así, a hacer filosofía. Después de 14 años de vagar por Europa, Bruno volvió sus pasos hacia el hogar. Quizá en verdad lo extrañaba. Algunos escritores afirman que fue engañado. Que Bruno volviera a Italia es una paradoja tan extraña como la del resto de su vida.

Fue invitado a Venecia por un hombre joven cuyo nombre era Mocenigo, que le ofreció un hogar y luego levantó cargos contra él ante la Inquisición. El caso se dilató. Fue prisionero en la República de Venecia, pero un poder más grande lo quería, y fue entregado a Roma. Por seis años, entre 1593 y 1600, permaneció en una prisión papal. ¿Fue olvidado, fue torturado? Cualesquiera registros históricos que haya no han sido publicados nunca por las autoridades que los tienen. En el año 1600 un académico alemán, Schoppius, estuvo en Roma por casualidad y escribió sobre Bruno, quien fue interrogado varias veces por el Santo Oficio y condenado por los teólogos jefes. Una vez obtuvo cuarenta días para considerar su posición; enseguida prometió retractarse, pero luego renovó sus "tonterías". Luego consiguió otros cuarenta días para deliberar, pero no hizo más que escandalizar al Papa y a la Inquisición.

Después de dos años bajo la custodia del Inquisidor, fue llevado, el 9 de febrero, al palacio del Gran Inquisidor, para escuchar su sentencia de rodillas, ante los asesores expertos y el gobernador de la ciudad.

Bruno respondió a la sentencia de muerte por fuego con la amenaza: "Quizá ustedes, mis jueces, pronuncian esta sentencia contra mí con mayor temor que aquél con el que yo la recibo". Se le dieron otros ocho días para ver si se arrepentía. Pero no sirvió de nada. Fue llevado a la hoguera, y mientras moría le fue presentado un crucifijo, pero él lo apartó de sí con feroz desprecio.

Fueron sabios al librarse de él, porque no escribió más libros; pero debieron haberlo estrangulado al nacer. Según resultó al final, no se lo quitaron de encima para nada. Su suerte no fue inusual para un hereje; este extraño genio fue rápidamente olvidado. Sus obras fueron honradas con un sitio en el Index Expurgatorius el 7 de agosto de 1603, y sus libros se hicieron difíciles de conseguir. Nunca obtuvieron una gran popularidad.

A comienzos del siglo XVIII, los deístas ingleses redescubrieron a Bruno y trataron de excitar la imaginación popular volviendo a contar la historia de su vida, pero esto no provocó un particular entusiasmo.

El entusiasmo de la filosofía alemana llegó al tema de Bruno cuando Jacobi (1743-1819) llamó la atención sobre el genio de Bruno y los pensadores alemanes en general lo reconocieron, pero no leyeron sus libros. Hacia el final del siglo XIX los académicos italianos comenzaron a sentir intriga por Bruno y por un tiempo la "Brunomanía" fue parte del entusiasmo intelectual de los italianos cultos. Bruno comenzó a ser un símbolo representante del filósofo y el científico progresista y librepensador, y se ha convertido en símbolo del martirio científico. Bruno era un truhán, un vagabundo filosófico y poético, pero no puede reclamar el nombre de científico. Sus obras no se encuentran en las bibliotecas norteamericanas. En esta era de escritos biográficos es sorprendente que ningún autor moderno haya intentado reconstruir su vida, que es importante porque está en la línea directa del progreso moderno. Bruno fue un pionero que despertó a Europa de su largo sueño intelectual. Fue martirizado por su entusiasmo.

Bruno nació cinco años después de que muriera Copérnico. Éste había legado una idea embriagadora a la generación que iba a seguirlo. En nuestra época oímos mucho sobre el universo en expansión. Hemos aprendido a aceptarlo como algo grande. El pensamiento de la Infinitud del Universo fue una de las grandes ideas estimulantes del Renacimiento. El Universo ya no era el patio de atrás de un Dios del siglo XV. Y de pronto se volvió demasiado vasto para ser gobernado por un Dios del siglo XV. Bruno trató de imaginar un dios cuya majestad dignificara la majestad de las estrellas. No inventó ninguna triquiñuela metafísica ni provocó ningún cisma sectario. No estaba jugando a la política. Le alegraba sentirse profundamente provocado por visiones exaltadas y le gustaba hablar de sus experiencias. Y todo este refinamiento pasó por el fuego de los refinadores: para que el mundo pudiera lograr seguridad ante el despotismo del salvaje eclesiástico del siglo XVI. Sufrió una muerte cruel y logró una fama única de mártir. Se ha vuelto la coartada más difícil de la Iglesia. La Iglesia puede sacarse de encima el caso de Galileo con una suave y condescendiente explicación. Bruno se le queda en la garganta.

Él es un mártir cuyo nombre debería guiar a todo el resto. No fue un mero sectario religioso atrapado en la psicología de una histeria de masas. Era un poeta sensible, imaginativo, encendido de entusiasmo ante una visión mayor de un universo mayor... y cayó en el error de la creencia herética.

Por esta visión poética fue encarcelado en una mazmorra oscura ocho años y luego arrastrado a una plaza de mercado y asado con fuego hasta la muerte.

Fuente:
http://www.tayabeixo.org/biografias/bruno.htm

Breve cronología de la vida de Giordano Bruno

1548: Nace en Nola, cerca de Nápoles, en el sur de Italia.
1554-1563: Se educa en Nola.
1563: Ingresa en el monasterio de Santo Domenico, Nápoles.
1576: Abandona el monasterio al hacerse sospechoso de herejía. Excomulgado in absentia.
1576-1577: En Venecia y Padua.
1577-1579: Vive durante cortos períodos en Roma, Génova, Noli, Bérgamo, Savona y Turín.
1579: En Ginebra y Lyon. Los calvinistas lo someten a juicio en Ginebra, pero sólo se le hace una advertencia.
1579-1581: Enseña en Toulouse, Francia.
1581-1583: Enseña en Francia. Pasa algún tiempo en Paris, en la corte de Enrique III.
1583-1585: En Inglaterra, donde trabaja como espía para Francis Walshingham, enseña en Oxford y escribe muchos de sus libros más célebres.
1584: Publica en Inglaterra La Cena del miércoles de Ceniza y La expulsión de la bestia triunfante.
1585: Regresa brevemente a Francia.
1586-1588: Enseña en Wittemberg, Alemania.
1588-1590: Vive y trabaja en Praga y Helmstedt.
1590-1591: Vive en Frankfurt y Zurich.
Otoño de 1591: Va a Venecia invitado por Giovanni Mocenigo.
Noviembre 1591 – Marzo 1592: Enseña en la Universidad de Padua.
Mayo 1592: Es arrestado por la Inquisición veneciana y sometido a juicio.
Febrero 1593: Es encarcelado en la prisión de la Inquisición romana.
Febrero 19, 1600: Quemado vivo en Campo dei Fiori, Roma.

Fuente: White, Michael; Giordano Bruno, El hereje impenitente; Javier Vergara Editor; Buenos Aires, 2002.

Principales obras de Giordano Bruno

Fecha de Publicación; Lugar de Publicación; Título y breve descripción.

1572; ¿Nápoles?: De arca Noe. No más tarde de 1576/81 (actualmente perdida) De sfera. Un curso de disertaciones dadas en Toulouse.

1576; Venecia: De´segni de´tempi. Un tratado filosófico mencionado por Bruno durante el juicio en Venecia (actualmente perdida).

1582; Paris: Ars memoria. Su primera obra sobre el arte de la memoria.

1582; Paris: Cantus circaeus. Otra obra sobre el arte de la memoria.

1582; Paris: De compendiosa architectura et complemento artis Lullii. Una obra más sobre la memoria, relacionada con las ideas de Raimundo Lulio.

1582; Paris: De umbris idearum (La sombra de las ideas). Mnemónica.

1582; Paris: Cantus Circaeus ad eam memoriae praxis ordinatus quam ipse ludiciarum appellat (El canto de Circe). Mnemótica.

1582; Paris: Il Candelaio (El portador de la antorcha). Obra de teatro satírica.

1582; Paris: Ars reminiscendi et in phantastico campo exarandi (El arte del recuerdo). Mnemótica.

1584; Londres: La cena de le ceneri (La cena del miércoles de Ceniza). Relato en el que expone sus ideas sobre la cosmología.

1584; Londres: De la causa, principie et uno (De la causa, el principio y el uno). Otro tratado sobre el infinito y la cosmología.

1584; Londres: De l´infinito universo et mondi (Del infinito, el universo y sus mundos). Cosmología y copernicanismo universal.

1584; Londres: Spaccio de la bestia triunfante (La expulsión de la bestia triunfante).

1587; Paris: Lampas triginta statarum (La lámpara de las treinta estatuas). Mnemónica.

1587; Paris: De lampade combinatoria Lulliana (La lámpara de combinación de Raimundo Lulio). Libro sobre el arte de la memoria.

1590; Helmstedt: De magia (Sobre la magia).

1591; Frankfurt: De imaginum, signorum et idearum compositione, ad omnia, inventionum,dispotitionum et memoriae genera (Acerca de la composición de imágenes, signos e ideas). Mnemónica.

1591; Frankfurt: Trilogía de Frankfurt, formada por De inmenso, De monada y De minimo. Recapitulación de la filosofía bruniana.

1591 (Un borrador, incompleto, en Frankfurt - 1590 - y otro en Padua - 1591). De vinculis in genere (Acerca de los vínculos en general). Recapitulación de su filosofía y sus opiniones religiosas.

Fuente: White, Michael; Giordano Bruno, El hereje impenitente; Javier Vergara Editor; Buenos Aires, 2002.

Masonería Argentina

Orígenes de la Masonería Argentina

Viajeros, comerciantes, militares, intelectuales procedentes de Inglaterra, España, Francia y Portugal, difundieron las logias en América del Sur. En Buenos Aires, las primeras noticias de la hermandad se remontan a fines del siglo XVIII. La primera logia en territorio argentino fue la "Logia Independencia", con protocolos de autorización otorgados por la Gran Logia General Escocesa de Francia. Dicha autorización data aproximadamente de 1795 y su sola denominación acusaba en sus integrantes una concepción autonomista para las tierras americanas.

Según refirió Francisco Guilló en su libro Episodios patrios, la logia funcionaba en un semiarruinado caserón, donde tiempo atrás el presbítero Juan Gutierrez Gonzalez y Aragón había levantado la Capilla de San Miguel, que posteriormente fue abandonada ante las dificultades que los grandes zanjones oponían para que los feligreses pudieran llegar a ella durante y después de las lluvias.

Por lo que toca a la "Logia Independencia", con ese nombre apareció otra logia, presidida por Julián B. Alvarez, en 1810, y es probable que no haya tenido continuidad con la homónima anterior. Esta logia dirigida por Alvarez es la que suministró los elementos básicos para la constitución de la Logia Lautaro, con la cual se inició el historial más importante de la masonería en la Emancipación.

El historiador Juan Canter negó la existencia de la "Logia Independencia", pero el coronel inglés Santiago Florencio Burke masón confeso, contó que cuando se fue de Buenos Aires, en 1809, fueron a despedirlo "un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia", refiriéndose indudablemente a la logia.

Lappas refutó a Canter sosteniendo que "contrariamente a las afirmaciones contundentes de eruditos historiadores, hemos podido comprobar como cierta la existencia en Buenos Aires de una Logia denominada "Independencia", fundada a fines del siglo XVIII y que obtuvo Carta Constitutiva de la Gran de Loge Generale Ecossaise de France, cuerpo este que fue absorbido el 8 de enero de 1805 por el Gran Oriente de Francia, quedando la antes mencionada Logia en libertad de acción sobre su futuro".

Desde luego, existe en el tema masónico una enorme dificultad para lograr documentos y pruebas fehacientes. Esto es por la propia naturaleza de las sociedades cerradas o secretas, a lo que se suman las políticas represivas de particular violencia que se han empleado en su contra, al constituirse en baluarte de la revolución democrático-burguesa contra el absolutismo. Lo ha señalado el español Miguel Morayta quien, al escribir la primera historia sistemática de la masonería peninsular, decía: "La historia interna de la masonería española no se ha escrito aún y seguramente no se escribirá nunca; faltan y faltaran siempre los documentos del caso necesario. Durante muchos años las logias no extendieron actas de sus tenidas, ni firmaron siquiera expedientes de iniciación, se hacia indispensable no dejar rastros de sus actos. ¿Cómo, sin existir archivos narrar las vicisitudes de la Orden? Más hacedero, si bien no del todo fácil, es historiar sus manifestaciones externas, sus actos públicos, es decir, sus trabajos intentados o cumplidos en el mundo profano".

Morayta sostuvo esta tesis después que la historiografía había comenzado a efectuar una severa crítica a la manía documentalista. Los documentos son importantes, pero mucho más lo es la facultad de comprensión del historiador. E1 eminente Leopoldo von Ranke lo explicó al señalar que la misión del historiador "no consiste tanto en reunir y acoplar hechos como en comprenderlos y explicarlos. La historia no es, como algunos piensan, obra de la memoria exclusivamente, sino que requiere ante todo agudeza y claridad de inteligencia. No lo pondrá en duda quien se de cuenta de cuan difícil es distinguir lo verdadero de lo falso y escoger entre muchas referencias la que pueda ser considerada como la mejor, o quien conozca aunque sólo sea de oídas aquella parte de la crítica que tiene su asiento en los aledaños de la histografía".

Bibliografía: La Masonería, Política y Sociedades Secretas
Autor: Emilio Corbière
Editorial Sudamericana; Páginas 162, 163, 164.

La fundación de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones

La masonería Argentina, como se la conoce ahora, tuvo como partida de nacimiento la constitución de la Gran Logia, el 11 de Diciembre de 1857. Esta constitución produjo un complicado trámite a raíz del virtual enfrentamiento entre Miguel Valencia (1799-1870) que provenía de una familia unitaria que había retornado del Brasil, luego de un extenso exilio, y José Roque Pérez (1815-1871), un federal que había sido funcionario diplomático durante el gobierno de Rosas.

Desde luego que no fueron los ingleses los que reconocieron a los masones argentinos. Valencia tenía poderes conferidos por la masonería brasileña, ajena a la tradición argentina, y Pérez, relaciones estrechas con la Gran Logia de Montevideo, que era el centro masónico fundamental en el Río de la Plata.

Miguel Valencia era, como Pérez, un jurisconsulto. En 1832 había sido redactor de El Telégrafo del Comercio, pero al poco tiempo tuvo que abandonar Buenos Aires por la persecución Rosista y se trasladó al Brasil, donde dictó varias cátedras de derecho en la Universidad de Río de Janeiro y colaboró en el periodismo.

Después de Caseros, Valencia fue miembro de la judicatura, dictó cátedra en la Facultad de Derecho porteña y, a partir de 1853, formó parte del Senado bonaerense en la fracción antiurquicista. Era un orador fogoso y su actividad política fue favorable al partido porteño.
En la masonería lo había iniciado el doctor Julián Alvarez (1788-1843), figura clave de la masonería en mayo de 1810'3. Valencia militó en la masonería chilena y en la "Logia Capitular Regeneración", de Niteroi, Brasil.

Al retornar a Buenos Aires, mantuvo diferencias con José Roque Pérez, apresurándose a crear, a principios de 1857, el denominado "Gran Oriente de la Confederación Argentina", pero su esfuerzo fue efímero y poco aglutinante. Jose Roque Pérez y la amplia mayoría de los masones de la época no querían una masonería unitaria sino que pretendían otra que impulsara la unidad nacional. En pocos meses, Pérez recorrió las tres logias que reconocían el liderazgo de Valencia y lo dejó sin base de sustentación. Con las que le respondían y con aquellas que se habían agrupado junto al doctor Valencia, José Roque Pérez fundó la actual Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

La constitución de la Gran Logia dio organicidad a las diversas logias, uniendo a las que actuaban en Buenos Aires y luego a éstas con las del interior del país. Aquel 11 de diciembre de 1857 realizaron el pacto de unión las logias "Unión del Plata", "Confraternidad Argentina", "Consuelo del Infortunio", "Tolerancia", "Regeneración", "Lealtad" y "Constancia", eligiendo como Gran Maestre al doctor Jose Roque Pérez. Jurista notable, diplomático, filántropo y humanista, Pérez, junto a otros cofrades, en su mayoría médicos - como el doctor Manuel Gregorio Argerich -, murieron socorriendo a los enfermos durante la epidemia de fiebre amarilla. El pintor uruguayo Juan Manuel Blanes (1830-1901) inmortalizó a los mártires masónicos en su cuadro La fiebre amarilla, donde están representados José Roque Pérez y Argerich, junto a un adolescente, trasponiendo el portal de una casa y aparecen una mujer, en el suelo, muerta, y su bebé gateando en busca de socorro.

Bibliografía: La Masonería, Política y Sociedades Secretas
Autor: Emilio Corbière
Editorial Sudamericana; Páginas 150, 151, 152.

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